Categoria: Enbolsamiento
Importancia de la temperatura del mordiente para el sellado perfecto del envase
El cierre perfecto del envase plástico flexible es esencial para la entrega segura de un producto, un aspecto extremadamente importante para garantizar la calidad y competitividad en el mercado. Y el sellado correcto en el proceso de empaque depende de la temperatura del mordiente, un accesorio utilizado para cerrar el paquete.
Dentro de la máquina, es este dispositivo el que mantiene el envase en la posición correcta para ser sellado. Por eso, el mordiente puede ser personalizado, hecho a medida para la empresa, con el fin de favorecer la productividad y eficiencia. Además de tener tamaños variados, puede fabricarse con materiales diversos, como acero al carbono e inoxidable.
Tipos y formatos de mordientes
En Indumak, las mordazas están hechas de metales de sello en acero al carbono, con tratamiento de níquel-cromo. En cuanto a la forma, sus estrías pueden aplicarse en sentido horizontal, vertical y en ángulo de 45 grados, según la necesidad. Las cuchillas están fijadas en los metales de soldadura horizontal, al igual que las resistencias, que pueden ser del tipo de sello liso, utilizando resistencia de níquel-cromo de 3 mm, o tubular, de 15 volts/500 watts.
A partir de los tipos y características de mordientes, es posible sellar los envases de diferentes maneras, con variaciones aplicadas al conjunto de metal de sello de la empacadora:
- Cerradas por sello por impulso, con cinta de níquel-cromo;
- Por barra caliente con resistencia tipo cartucho;
- Con sistema eurolock;
- Con inserción de cuchillas;
- Con sistema de datación;
- Sello estriado (horizontal, vertical o diagonal).
Temperatura del mordiente
La temperatura del mordiente que se debe aplicar en el momento del sellado debe ajustarse para cada caso. Está condicionada por una serie de variables, entre las cuales se debe considerar la gramaje del embalaje, ya que los cambios pueden afectar la productividad.
En general, las películas más gruesas pueden requerir una temperatura más alta para evitar que el sello se quede abierto. Por otro lado, las películas más delgadas deben sellarse a una temperatura más baja para no quemar el sello, es decir, el cierre del embalaje en sí.