Los impactos de la pandemia en la cadena de empaque

Un mayor interés en los productos relacionados con el bienestar, la priorización de la salud y más compras en línea: estos son algunos de los cambios que los consumidores han estado haciendo desde que comenzó el brote de coronavirus, según un artículo especial sobre Covid-19 publicado por Revista EmbalagemMarca.

Según el artículo, la preocupación de la gran mayoría de la población con las medidas sanitarias ha generado cambios en todos los segmentos, y los impactos de la pandemia también se sintieron en la cadena de empaque.

Sin saber cuándo saldremos de este impasse, vivimos en un escenario inconstante, de adaptación. Surgen muchas dudas, aunque existe la perspectiva de un futuro prometedor para los envases de plástico, que ha visto aún más exaltadas sus funciones de protección y comercialización.

Uno de los efectos inmediatos provocados por la pandemia y señalados en la publicación, es el crecimiento de las ventas de alimentos en el comercio electrónico. Si bien sectores como la electrónica, la perfumería y la confección venían manteniendo un continuo crecimiento en las tiendas online, el sector de la alimentación seguía encontrando resistencias por parte de los consumidores para consolidarse en esta tendencia.

Sin embargo, la imposición del aislamiento social contribuyó a que las personas comenzaran a comprar artículos de primera necesidad en las tiendas online, convirtiendo la pandemia en un catalizador de este formato comercial.

En este sentido, el envasado de alimentos al por menor debería adquirir un nuevo significado. Si antes se desarrollaron con características para atraer al consumidor en el lineal de la tienda, ¿cómo debería ser un empaque con la capacidad de ser atractivo a través de una pantalla?

El color, la textura, el brillo, las imágenes, todo el diseño del propio envase, deben repensarse para este nuevo momento. Los cambios no tienen por qué ser drásticos, pero hay que considerarlos, sin olvidar que la capacidad de permanecer intacta y presentable al consumidor final después del proceso logístico cobra aún más importancia: el momento de encantamiento del cliente termina trasladado a la posventa, y no la preventa, como en el caso de las tiendas físicas.

Algunos expertos en la cadena del packaging, incluso, argumentan que un mismo producto debe ofrecer formas de packaging que los diferencien de la venta en cada canal, considerando este nuevo viaje de compra. En la práctica, esto significa que el empaque de un paquete de azúcar en una góndola en el supermercado será diferente del empaque del mismo azúcar vendido en una tienda virtual.

También es necesario evaluar la posibilidad de nuevos formatos de envasado con dispositivos anti-manipulación y anti-falsificación. En muchos casos, el rediseño del packaging puede traer buenas sorpresas como la reducción de costes, ya que es posible adoptar un redimensionamiento más adecuado a la cantidad de producto. Con esta ventaja ya incorporada, los envases flexibles se presentan como una excelente opción.

Otro impacto: el plástico pierde su papel de villano

En los últimos años se ha cuestionado el uso del plástico por su fuerte impacto medioambiental. Sin embargo, ahora adquiere una nueva importancia, ya que se utiliza ampliamente como materia prima para materiales de protección y en la eliminación de sustancias contaminadas durante la pandemia.

Como envase, forma una capa protectora resistente e impermeable, y son estas características las que lo hacen preferible a la hora de envasar productos. Mientras el virus sea fuerte, los envases de plástico seguirán siendo una opción segura contra la contaminación y la transmisión de enfermedades, ya que mantienen el producto envasado con un factor de protección alto.

Sin embargo, el incremento en el uso del plástico debe ir acompañado de un incentivo en la misma medida para reciclar y reutilizar este material, aprovechando el momento oportuno para que la marca adopte la economía circular como política empresarial definitiva.

En cualquier caso, este plazo debería traer cambios definitivos a la cadena de envasado. Analizar la competencia, el comportamiento del consumidor y observar de cerca los procesos en sí puede ser un desafío, pero traer resultados compensatorios y necesarios para adaptarse a las circunstancias actuales del mercado.

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